lunes, 26 de agosto de 2024

Lo que querías para mí

 Lo que querías para mí:

Querías que te guardara el secreto
que aprendiera a quedarme paralizada y callada y avergonzada
querías que fuera para ti
y cercarme en el patio
y atraparme en la pared que te esmerabas en construir
más arriba de donde mis ojos podían alcanzar
para que nunca pudiera siquiera imaginar saltarla
pero imaginaba y salté y trepé las paredes
y anduve sobre los techos.
Querías verme en el rincón
acorralarme en la esquina de la seguridad burlada
querías ser más listo que la intuición de una madre
querías hacer inútil la corazonada de la abuela
querías que solo viéramos la babosa arrastrarse en el patio
pero aprendimos a nadar en su saliva
querías que no llegara a donde no puedes
pero corro mucho y rápido
Querías que no me presentara a concursos
querías que no pasara los exámenes
querías que no viajara
querías que no pronunciara:
Bogotá, Arauca, Tibú, Madrid,
San Andrés, Antigua, Ginebra,
San Marcos, París, Itsmina,
Marsella, Milán, Trinidad,
Gales, Duala, La Ciudad del Cabo, Londres, Medellín,
el D.F, Sydney, Houston,
Bali, Pukhet, Nueva York, El Pacaya…
querías que me quedara atrapada en una isla
querías que me fuera tras el canto de las sirenas
querías que me ahogara
Querías que no viera las ballenas o la tortuga laúd.
Querías que tuviera miedo de los elefantes
y a las sabanas de África
a los mosquitos y la malaria y los virus.
Querías que detestara a los murciélagos y a los chimpancés,
querías que tuviera fobia a las serpientes a las arañas y a las abejas
a los lugares abiertos, a los barcos, el tren, los buses, las multitudes, el transporte público, la autopista, el taxi, el semáforo
querías que perdiera los vuelos
querías ataques de pánico en los aviones
y a los lugares cerrados y a la oscuridad
al parque infantil y a los racionamientos
querías que todas las plantas tuvieran para mí el mismo nombre
el mismo color
la misma forma
querías que los vestidos tuvieran todos y para todas
el mismo color
la misma forma
Querías mi pelo y mi piel y mis labios
del mismo color y de la misma forma
querías que no envejeciera
querías que no madurara nunca
querías que siempre fuera una niña
querías que no supiera
Querías que no estudiara
querías que desistiera
querías que renunciara incluso a la posibilidad de estar viva
querías que no aprendiera idiomas
querías que no supiera cómo leer las partituras
querías dejarme incomunicada
querías que no escribiera
querías que no publicara
querías que no trabajara
querías que no fuera a los ensayos
querías que no me presentara en los tablados
querías que nadie pudiera escuchar mi voz
querías que no fuera futbolista
querías que no fuera filósofa
querías que no fuera doctora
querías que no fuera abogada
querías que no fuera escritora
querías que no lo volviera a hacer
querías que no me casara
querías que no comprara una casa
querías que fuera tu sucia
querías que no tuviera un perro
querías que no rescatara gatos
querías que no tuviera hijos
querías que me quedara para vestir santos
querías que no comprara un carro
querías que tuviera tus hijos
querías que fuera una madre
querías que fuera tu madre
querías ser el jefe de mi útero
querías que me traicionaran
querías que fuera incapaz de amar
querías que no supiera lo que es el vino
en Adelaide o Champagne o los viñedos de California,
querías que nunca supiera porqué París sí es la ciudad del amor
querías que no ganara medallas
querías que no corriera maratones
querías que no me lanzara a la presidencia
querías que no fuera vicepresidenta
querías hacerlos sordos
querías dejarme sin cuerpo
querías dejarme sin tiempo
querías que no me conociera
querías que fuera obediente
querías que no cobrara las pensiones
querías que no buscara los recursos
querías que no ganara las demandas
querías que no buscara a nadie
querías que no saliera a bailar
quería que no me quedara tarde en la esquina
querías que no leyera
querías que no entendiera tus metáforas
querías que no pudiera escribir metáforas
querías que despreciara lo que las mujeres escriben, componen, pintan, crean
querías que tuviera miedo de tus dioses
querías que tuviera respeto de tu dios
querías que te acompañara a tu iglesia
querías que me convirtiera a tu religión
querías que no entendiera lógica
querías que no participara en las olimpiadas matemáticas
querías que nadie me conociera
querías ser mi presidente
querías ser mi marido
querías ser mi jefe
querías darme una buena lección
querías ser mi profesor
pero ya ves,
no soy lo que querías.
Lorena Escorcia.

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