viernes, 17 de diciembre de 2021

De pestes y cegueras

Camus en 'La peste'  y Saramago en 'Ensayo sobre la ceguera' nos mostraron que en las epidemias sale a relucir lo peor y lo mejor de la condición humana.

Lo primero es el pánico, las protestas, los chivos expiatorios, las decapitaciones políticas. Con frecuencia necesitamos un padre, alguien que haga todo por nosotros, que nos alimente, nos eduque, nos cure, nos de respuestas y ay de él! cuando no nos satisface. Hay que maldecirlo, matarlo:

-!Sacrifíquenlo! dicen las gentes llenas de miedo.

-!No queremos una muerte más! dicen los justos

Cuando la muerte es  lo único seguro que tenemos en la vida.

Pero la naturaleza se muestra eterna y magnánima, superior al humano diminuto y perdido en un universo del que desconoce casi todo.

Luego viene la aceptación en la que el médico juega un papel muy importante:

-Doctor yo creo que la situación está realmente grave. !Curénme! No me deje morir!

Y en algún momento el médico se dio cuenta que había algo extraño y desconocido en el comportamiento de esa enfermedad, que se comportaba de una manera nunca antes descrita en los libros, que era un gran peligro. Pero al ver que la epidemia estaba confinada a esos lugares de pobres, nunca pensó que un día podría llegar andando y entrarle a la casa, en forma de hijo o amigo o esposa...

Y una solidaridad que empieza por el médico, por el cura, por el lider social, por el vecino, se despliega y es cuando vemos todos los actos de amor de los cuales es capaz el ser humano.










lunes, 13 de diciembre de 2021

Infamia en los remolinos del Caguán


 ¡Nos dispararon a todos! No es que no hubiese matado

yo, a uno o a dos o a pocos, sino a muchos enterrado.

Los años no vienen solos, sino con muertos acumulados

 coleccionando velas y procesiones.

¡Quedamos paralizados! Igual que hace tantos siglos;

como en la siniestra ronda de la desdichada alondra.

¡oh piel de tigre!  

exhibida en la sala barata de veterano de guerra

¡oh alondrita desplumada!

¡oh nido de la arpía!  y sus crías

Ahí está la profecía, vista en el trance ayahuasca

que el hombre blanco, si avanza, lo hace a costillas del indio. 

Y al ver los planes oscuros , los ríos se arremolinan, 

pierde el doctor la paciencia y para la expedición

pero el koreguaje sale 

al paso con la intuición:

-amigo, no tiene ciencia, andar con los asesinos

déjeme aquí más tranquilo, rodeado e´supersticiones, 

deje quieta mi inocencia

y ud, siga su camino.

 

Lorena Escorcia 14-12-21

 

jueves, 11 de noviembre de 2021

La gratuidad del mar

gente privilegiada 

esa que vive al pie de los volcanes

heredera de un suelo prodigioso

fértil, 

de tierra cíclica, lunar.

la vida tan pendiente 

de un hilo,

de lava desatada lomabajo

de huesos rodando 

rotos contra las rocas, 

de vértebras quebradas, 

de mujeres andando sobre ruedas

en sus sillas y motos, 

todo siempre en caída, 

todo tan gravitado

todo precipitado, 

de puntitas al borde, y una mano grande agarrando a un niño.

desamarrando el nudo de los dedos,

los zapatos agrietando las capas de la tierra

siempre por las raíces

siempre todo tan bueno, el clima, los paisajes, 

las rodadas,

yo siempre he preferido las montañas.

La gratuidad del mar es sofocante.


Lo.


domingo, 5 de septiembre de 2021

'Yo no quiero que a mi niña me la vayan a hacer reina'


    Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan,
se hunde volando en el Cielo
y no baja hasta mi estera;
en el alero hace el nido
y mis manos no la peinan
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan.
    Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.
Con zapatitos de oro
¿cómo juega en las praderas?
Y cuando llegue la noche
a mi lado no se acuesta...
Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.

    Y menos quiero que un día
me la vayan a hacer reina.
La pondrían en un trono
a donde mis pies no llegan.
Cuando viniese la noche
yo no podría mecerla...
Yo no quiero que a mi niña
me la vayan a hacer reina!

 MIEDO (Gabriela Mistral)


 

mysterium tremendum


 

Idilio, de José Asunción Silva. LA ORQUESTACIÓN MODERNISTA 04-25-24

 Idilio   - Ella lo idolatró y Él la adoraba...  - ¿Se casaron al fin?  - No. señor. Ella se casó con otro.  - ¿Y murió de sufrir?  - No, se...