La primera
vez que tuve que elegir entre la medicina y la literatura me fui por la primera,
hay momentos en la vida en los que te obsesionan los desafíos, y te lanzas contra los molinos de viento. Con el tiempo el
corazón, que es paciente y nunca se rinde, gana todas las batallas.
El acto de
sanar pasa por la palabra.
El médico salva
los cuerpos, a veces los mata.
El escritor salva
las almas, a veces las hunde,
La libertad
de expresión es la más peligrosa de las libertades.
Y voy, a hundirme en los abismos literarios,
A naufragar en
los barrancos del cielo, a enterrarme en el mar,
A quebrarme,
rehacerme, inventarme…
Como los
animales fantásticos, con los que quiero perderme en el océano.
Mis dedos
bailan sobre el teclado
Las imágenes
se fugan por mis cabellos,
Aparecen a borbotones
¡Estoy
poseída!
Poseída de verbos
y palabras.
Ayer
recibimos con mucha emoción el fallo del jurado de Premio Internacional de Narrativa
Femenina Bovarismos 2014:
Lorena
Escorcia Hernández
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